sábado, 30 de enero de 2010

VICIO PERPETUO

Agosto 2009 N° 10 AÑO: 3
Edición extraordinaria

Vista de Pontoise: Camille Pissarro


EL LIRIO
La casta Rosa pone una espina por delante
la humlide Oveja, un cuerno amenazante
Mientras el blanco Lirio, el goce del Amor,
Sin amenaza, ni espina, mancha su esplendor.

WILLIAM BLAKE(Cantos de la experiencia)



















Editor: Julio César Benavides Parra
Ediciones Vicio perpetuo, vicio perfecto

PARA PUBLICACIÓN DE POEMAS
Escribir a
extraico@yahoo.es
mowngli@hotmail.com
CEL: 986454385
50 ejemplares

blogspot: http://vicioperpeptuo.blogspot.com/




































ARTE POETICA

Poesía
Tú me condenaste
A la soledad,
Tú me elegiste
Para tus ritos de luz,
Tú me apartaste
De una muchacha,
Tú reinaste
Sobre mi esclavitud,
Tú estuviste
Al alba de mis muertes,
Tú besaste
La flor de mi locura,
Tú me ungiste
Con aceite de inmortales.
Y hoy
Como demonio
En sombras
Acato tu destino.


RAUL SOLIS










EPISTOLA A UNA GITANA

El canto de un pájaro
No podría
Expresar
Los mares de mi pena.
Ella se fue
Fugitiva mariposa,
Sueño de lluvia.
Atrás quedaron
Los colores inmutables.
Atrás quedaron
En la boca del futuro.
Ahora
Escribo vaticinios,
Para calmar
Las aguas de la noche.


RAUL SOLIS















AVENIDAS
Me abrazo en la terraza
con la marea cósmica,
y recuerdo que he batallado
en el área de tus reflejos.
Ya reconozco de nuevo el llamado del océano vespertino.

Vigente está el efecto del deseo,
y a propósito del efecto,
reencontramos a todos los pedazos
de aquella esfera con voz de brazos de cal.

Días llamativos,
ya se diluyó para siempre
el período marchito, alocado, incoloro,
la vida vuelve a latir
en la cordillera de tu mirada expresiva.

Región que se muestra con las ventanas abiertas de par en par,
libros, balanzas que pesaban a dos infinitos diferentes y distantes.
Cedió por fin la granizada,
los edificios flameaban igual que las banderas hambrientas
de misticismo, era fácil enamorarse de tu pecho
que inhalaba y exhalaba deseos terrenales,
deseos que deletreaban los vocabularios del amor.

Los vidrios han sido trastocado
vitral dañado por riberas encrespadas.
Estoy examinando la elasticidad
que detenta la poesía de aerosol.
Equilibrio desarropado y enigmático,
corrijo la tibieza del mundo empapado con aroma de lúcuma.
Comprobar como los pasos se pierden por las calles,
comprobar como nuestros pasos se unen en nuestro lecho,
comprobar como nuestros pasos tienen tu nombre y el mío.

JOSE MARIA ZARATE







DEVENIR
El río de Heráclito dejó de fluir, ¿qué acontecimiento nos espera,
si el presente se auto asesina? El pensamiento palpita, y seguimos
apuntando hacia el despertar. Somos proclives a esperar lo que
vendrá, o a esperar lo que podrá ser. ¿Qué cosa le contestaremos
a la vida? ¿Qué le diremos acerca del destiempo?
El soplo de la mina urbana, el soplo de la mina
subterránea se sintió el día de ayer, las lianas se han
vuelto agua, y dos soles gotean, y dos soles se transforman
en dos gotas de agua. El clamor de los cascabeles,
de los alacranes, de las orquídeas, de las hormigas
vestidas con azufre.
En el cielo el día se batía con la noche, la noche con
El día, la luz con la sombra, la sombra con la luz.
Encarcelemos a la desesperación - le sugirió el psicólogo
a su paciente-, los saltos de las ranas se marchitaban en
los reflejos de aquel pozo de agua. Aquel pozo de risas se ubicaba
al lado izquierdo de la noche agitada. Las saetas
fueron dirigidas a los ojos de los búhos destartalados,
la mirada del sonido está hecha de fragmentos,
las interrogantes bebían de un finísimo arroyo,
las respuestas se hundían en el fondo de las represas,
vamos marchando al son de los colores.
El deseo avanza, avanza más rápido que las locomotoras
de los arrecifes, el destiempo se ha recostado de costado
sobre la alfombra de alambres, la vida está conformada
de diversas partes, sus corazones suelen burlarse
de los silencios. Hoy ya no oímos sollozos: por fin los
días alegres ya no fugaron ocultos en las espaldas
de los cometas, unas manos jóvenes preparaban
platos típicos en las laderas del devenir,
diversas figuras y texturas huían de los lienzos,
alrededor de la mesa vertical un par de perros
desconocidos, movían sus colas.
En el aeropuerto, viendo a la gente pasar, descubrías,
sin mucho esfuerzo, esperanzas y decepciones,
amarguras y alegrías. Sea como sea, el devenir no cesará.
JOSE MARIA ZARATE
AMANECERES
El éxito es una especia de Iglesia alrededor de la cual nos
congregamos. Por allá, algún centinela celebra la capitulación,
ocho velas se asemejan a ocho canciones bien entonadas.
Iniciaron los días de la escuela brillante. Los alumnos
soñadores oían la voz vital de la bella profesora, a la
profesora que los niños le dedicaban sus oraciones y tentaciones,
un mar rojo se abría paso entre las venas, una marea
indetenible alimentaba el contento y la ansiedad, las manzanas
coloradas poblaban el escritorio de la linda maestra,
el recuerdo y el olvido son inolvidables,
en especial, si se ha vivido con pasión y entrega.
¿Cómo poder regar a las estrellas? De lo alto
caía un lago de dudas. Detrás de la cortina,
el misterio le prendía fuego a la caja de naipes.
En los techos de aluminio anidan los rayos de las
Estrellas nacientes. Mujer: los labios de tus labios
conmueven a las metáforas, las metáforas de amor
son los collares que se vuelven uno con tu piel,
bebo gota a gota tu cintura, te hice un vitral con
la esencia caliente de mis emociones. Mira, observa
como mis manos se contagiaban con tu fuego persuasivo.
Quizás las totoras naveguen por el atardecer de las temperas,
tal vez los anocheceres naveguen en la corriente de tus muslos,
hoy más que nunca veo el firmamento encendido, los
astros – creados por mí- descienden hacia el templo puro
de tu boca, comprobamos que todo gira alrededor del
ritmo del placer, tú te enseñoreabas del firmamento,
y le prestabas tu respiración. Tú eras la mujer de las
caricias sedientas, la que se desplazaba por mis mundos,
por mis letras de amor. Mis poemas encontraban
su significado en tu corazón dispuesto, mis poesía
se mezcló con el color de tus ojos, tu sonrisa era
el verdadero – y único- refugio de las juveniles e
imborrables flores. Tu mano blanca y tibia,
acomodaba mi corazón entre el corazón de tus venas,
tu cuerpo se desplazaba por mis voces, mis voces no se
cansaban de pronunciar tu nombre. Tu olor encendía
la luz y la alegría de mi alegría.
JOSE MARIA ZARATE





EL CANTO DEL JARDIN
A Giacomo Leopardi

I
Durante la primavera, mis flores frescas guarecen los cuerpos australes de los amantes que se echan sobre mi rostro atado en capullos de luz.
En la intensidad de la tarde, un pájaro-piscis renace como sombra de sol azul.
En primavera, los arboles jóvenes inician los ritos a los muertos.
Musas: el amor es un lirio perenne de ojos silentes.

II
En verano, un talismán de fuego perfuma la savia encarnada de las venas mis rosas. El estío se disipa como una revelación de los astros. Mi hierba apacible canta su alegría. Los vientos del norte traen a mis pies el sollozo de la muchacha del pantano.

III
¡Brota el otoñar sobre mis hierbas húmedas! Un roble anuncia la visita de los druidas. Lloran los cielos. Agonizan los insectos. Mis hojas se oxidan bajo la negrura del martirio. Es otoño, los amantes han envejecido. El amor solo es una lapida de latón en el laberinto de mi boca. A lo lejos, en el bosque, se oye una voz. Es la voz de un dios. Es el canto moribundo del crepúsculo que cabalga sobre la noche.
IV
La aurora ha muerto. Lo saben las lluvias. El frio es una navaja que abre el silencio de mi pecho. Vuelvo a ser como un niño. Vuelvo a cobijar en mis tierras a las abejas negras. Del amor, ya nada se sabe. Tiemblo ante la presencia de la luz. Los días son larga espera sin retorno. Humilde y sabio por las experiencias aprendidas, me refugio en la tersura de las aves.

EPILOGO
Aquí abajo, para nosotros, todo es desdén y sonatas de sonámbulos. RAUL SOLIS








ORDEN FURIOSO

Habían salido despedidos
los demonios
que aun poblaban
su cuerpo.

Las columnas se habían
estrellado contra el piso
los rumores
fuertes dolores
que quebraban su voluntad.

Multitud de furiosos
Que estremecían ciudades
curiosos revoltosos
que aplastaban
la rabia desperdigada
que a punta de moler
a golpes los nudos de las manos.
mas mazos empuñados
navajas quebradas
y los palos estremecidos
hacían que el desorden
devastara la sombra.

Ya no tenía
imagen en el alma
y su cuerpo iba impulsado
por un cetro
mas el devastador ímpetu
de borrar las huellas
y desaparecer cuerpos
porque los humanos
no quieren a los humanos
y se alimentan de sangre
sobre todo rinden pleitesía a la muerte
para ser felices y mostrar contento 11/10/08
JULIO CESAR BENAVIDES PARRA






ACASO ES AGONÍA
Vacío un cuerpo
que no tenía alma
y no se alimentaba.
Lamento inesperado
que se apretujaba
en una plaza
y no vivía.
Cuando al hambre
devora…
pedazos de cuerpo
desordenados
Orbitas de ojos
con las venas rojaceas.
Era una voz que se quebraba
era tantos trozos de tela
convertidos en un caos
un aliento sin fin
en mis manos
para darle vida
con algunos centavos.
Cuando…
en beneficio de un soñar
de secuestrar pesadillas
para creer que existe mañana
debes cerrar los ojos
para no llorar, no llorar.
Perdió un tiempo
que era su vida
su alma era el llanto
de un espacio vacio.
Escapo de un precipicio
que era el hambre
su hambre
que lo tumbaba
en su catre
era el esperpento
de una esperanza fallida
y ya no vivía
para abrir los ojos
sino para resignar su suerte
de no llegar al mañana.
04/07/08 JULIO CESAR BENAVIDES PARRA

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