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OCTUBRE DEL 2010


Auspicia: revista
Vicio Perpetuo






UN POETA TAN FRATERNO, TAN HERMANO, TAN
NUESTRO COMO LA MÚSICA DE SUS VERSOS

PRIMERA PUBLICACIÓN DE FRANCISCO MUÑOZ EN
PERÚ: POESÍA PURA, ESENCIA DE VIDA
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SEÑORA LUCIÉRNAGA

Las luciérnagas no son de papel
sino simbiosis de colores naturales
de esos que aún existen
en selva virgen de encantos.

Las luciérnagas crecen y florecen
bajo la sombra de un gran árbol
que las memoriza una a una
pues hijas suyas son.

Las luciérnagas nunca danzan solas
juegan y relampaguean distraídas
sólo en noches cuando las pisadas
de extraños no alteran su psicodelia,
tampoco su canto.

Las luciérnagas desconocen de amores
como de memorias y difuntos
que partieron sin despedirse
sin sonrisas, ni llanto.

Las luciérnagas se esconden en hoyos
mientras los grillos, sus primos hermanos
se sientan en las ramas para silbarles
piropos, cuentos y algunos cantos.

Las luciérnagas carecen de orgullo
esa enfermedad que aqueja y envilece
a los seres que habitan el monte
que son presa y son carnada
en su afán de ser diferentes a sí mismos.

Las luciérnagas sonríen a mi paso
como yo sonrío al verlas a ellas
posadas sobre mi manto
que cubre pisadas, que encubre mis actos
y algunos otros espacios impresos sin tacto.


PAOLA QUIROZ

ORACIÓN A MI PATRIA

De ti nunca me apartaré
Patria querida
Porque la vida
Para mi eres tu,
Quiero en tu regazo
Cantar mi emoción sentida
Y regalarte mis versos
Con todo el corazón.

Eres para mí la nación
Que me llena de satisfacción
De libertad e igualdades
Eres mi Perú, mi vida, mi hogar
Eres mi Madre Patria
Eres la tierra de mis ancestros
Tierra donde algún día
Mis huesos reposaran.

¡Oh Patria mía!
Tierra del soberano Inca
Altar del resplandeciente Sol
Cuna de la iluminaria Luna
Que bajo el manto azul de tu cielo
Nos cobijas con amor y ternura
Y con canto de bravura
Nos das tu protección.

Desde tus altas montañas
De cumbres y nevadas
Bajan raudos hacia el mar
Las cristalinas aguas de tus ríos
Y desde los inhóspitos parajes
De tu verde y poderosa selva
Proteges al continente
De la terrible contaminación ambiental.

¡Oh Patria mía!
Perú de mis amores
Eres Tierra Santa y Gloriosa
Cuna de la civilización Americana
Tierra del señor de Sipán,
Aposento de Caral y Machu Picchu,
Áspero y Bandurria, Kuelap y Vichama.
De Ashánincas y Aguarunas.

¡Oh Patria mía!
El Titicaca y el amazonas
Tus doscientas millas marinas
Son herencias que Dios te ha dado
Para que seas tierra mía
El paraíso de Sudamérica
Con tu Gallito de las Rocas
Y tu pisco Sour para festejar.

¡Oh Perú Patria mía!
De ti nunca me alejaré
Aquí está mi cielo
Aquí está mi amor, mi vida
Aquí espera por mí la muerte
Aquí en mi Huacho querido
Un altar para ti construiré
Para adorarte eternamente.

Para siempre Amen…

JULIO SOLÓRZANO






Unos pasos

Bajo el día dos pasos agazapados
se emergen en el firmamento.
Dos, tiernos, dulces, como la caricia
de unos jazmines.

Bajo la tarde, el aroma crepuscular
se enternece en el firmamento.
A borbotones el dulce rocío
cobija la dicha.

Bajo la noche,
jugando en el céfiro primaveral,
la luciernaga palidece
al ver el haz de una carcajada.

Yace la mañana portentosa
enamorando a la figura,
al cuadrado palpitante,
al color sonriente de dos ojos grises.

Gary Alminagorta C.















LA JOYA MÁS HERMOSA.
Autor: Román Corral.
¡Guardo en mi corazón,
la joya más hermosa,
guardo en mi corazón,
el tesoro de tu amor!
¡Guardo en mi corazón,
un tesoro querido,
bello como canción,
hermoso y divino!
¡Guardo en mi corazón,
con una intensa luz,
la joya más hermosa,
tesoro de valor,
motivo de mi vida,
el brillo de tu amor!
¡Guardo en mi corazón,
en todos sus rincones,
los besos de gran pasión,
como pulidos diamantes!
¡Guardo en mi corazón,
las bellas poesías,
versos, rimas de ilusión,
cánticos de alegres días!
¡Guardo en mi corazón,
hasta la eternidad,
como querida misión,
toda la felicidad,
del brillo de tu amor,
toda la felicidad,
de un bello amanecer,
toda la felicidad,
de tu hermoso querer!











El beso de Acuario

El cántaro de Acuario se ha inclinado
desde la altura inminente se desborda,
azota su canto los cristales.
Acuario nada desnudo en el estanque,
sus ojos ignoran el otoño,
la vaguedad del silencio,
el trajín de la mañana.
Acuario cabalga relojes
y se confunde sin temor
en todos los espejos.
Gira, juega y ríe, se descubre,
más, a la sombra de algún roble se refugia.
En llama de creación arden sus manos,
sobre las eras vuela.
Cristalino, desmedido
con un beso alivia las heridas.
Aquel estruendo siempre lo persigue
y sabiamente elude el precio de estar vivo.
Atalaya sobre los suyos.
Sólo la euritmia universal
se sienta a su mesa cada noche.
Irrefutable en la solidez inmaculada
de una gota de agua
Acuario dispuso sin soberbias
la exacta proporción de la belleza.

JENIFFER MOORE





































Cuervos entre matorrales

Los cuervos en las calles
pasean sus ojos negros, sus plumas negras
su oscura estirpe
como mareas no anunciadas llegando a nuestras costas.
Cuervos de la mañana, de pico elegante
entre matorrales de acero,
córvida astucia los delata.
Llevan el mito, su estigma y algún botín
bajo sus alas.
El sonido de su canto alerta
la ingenuidad de los artistas.






JENIFFER MOORE




























ROSAS PROSTITUTAS

Asfixian rosas de sangre fluida del amor obsesivo y mortal…

azules de lienzos miserables,

salmón de carne latente al vacío,

y blancas de impía inocencia,

presentes desoladoras de matices,

pasión y pureza polvorienta y podrida,

ennegrecen y esfuman mi humilde espacio,

reducen mi aposento de anhelos soñantes,

¡ largo de mi palacio diminuto !

de lecciones solitarias de poesía y bellas siestas

de amarillos tulipanes girando felices…

¡ largo rosas prostitutas enfermas de amor !

hechas por encargo sin más, arregladas por dinero,

centros de mesa iguales, adornos placeros vendidos caro,

para quien no sabe ni conoce;

regalos de inercia de pulgosos mercados “cremosos y finos,”

¡ mi aire merma cuando respiran rosas !

respiraré sosiegos con su ausencia.
“h{eldái h{elém”.
Puerto Ordaz, 18 de feb. del 2001.

























Contra ojos nublados

Luchar. La sangre aúlla,
ruge sombrío el ojo de violencia
y el horizonte enrojecido cava una trinchera.
En el extremo, la muerte se sonríe. No tiene hijos.
No asiste a las bodas, su mesa está vacía.
Ha sembrado indiferencia y crece impune
sobre los pastos resecos de la tierra.
Los pasquines amarillos masticando
sus monedas de oro y sangre.
Y una multitud desde sus casas
observa, especula, guarda el grano,
siente el hondo vacío del fantasma
que ha huido a ganar otros adeptos.
Luchar? ... Contra ojos nublados
contra brazo partido, como el nuestro,
ciegos movidos por los hilos del infierno?
Orbe y campos, los montes y los mares
se revuelven en el siglo del suicida.
Los que están a la mesa y beben vino
los que cuentan el oro y se enriquecen
no tienen hijos. No asisten a las bodas,
su mesa interior está vacía. La cuenca de sus ojos
ya no brilla al fulgor de los vivos.
Luchar?... Desnudarnos de dogmas
y arrancarnos el velo de los rostros
desde Oriente a Occidente arrepentirnos
de rodillas caer, besar la tierra,
por los hijos, por las bodas, por nosotros.

JENIFFER MOORE