jueves, 10 de junio de 2010

NO CREO EN UTOPÍAS, PERO RECURRO A ELLAS PARA HACER LITERATURA

Yo siempre estoy en la realidad para representar claramente: lo que se ve, se siente, se toca, se percibe y a veces lleva al límite de nuestras fuerzas a odiar a la maldita sociedad.

Pero hay caminos que difieren a esta realidad insustancial y estos son los de la literatura, en lo cuales, la vida, la naturaleza, el amor y la sociedad hace que sea el devenir de nuestra existencia.

La lucha entre el ser devastador que irrumpe en el mundo tangible y lo que podría ser lo que es subjetivo para la mayoría. La literatura trata de llevarnos a hacer esta intrincada vida como la nota a hallar nuestras respuestas y con su ojo avizor adentrarnos al futuro y poniendo en relieve el pasado, recordemos lo que ya no deberíamos hacer, el juego de la literatura estremece cada una de nuestras sensaciones y nos hace libres y partícipes de nuestro mundo.

En donde la esperanza y el mirar hacia delante es la premisa, siempre hay solución en este universo y el ser humano no se deja aplastar.

La literatura es un pretexto para descansar y verse a si mismo además de encontrar en la historia en sí o en personaje a uno mismo, y el de resolver mediante un análisis sus problemas.

Las utopías en la realidad se forman porque cada individuo no se ve asimismo y se indica para beneficio suyo y de los demás cuales son los defectos. La utopía de la literatura contrapone esta visión y busca que la mayoría vea como su óptica, pecado más grande o posición arrebatada, sin embargo muestra, y todo lo que sea como inmenso, todo muy interminable como un continente nuevo sin explorar, tamaña afrenta a la cultura.

27/05/10

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