sábado, 6 de febrero de 2010

LA SEGURIDAD DE ESTAR EN ESTE MUNDO Y NO HABERSE IDO AÚN
Como las historias con sus años
estas fueron cargando
su cuerpo
su rostro no reflejaba fatiga
pero su memoria
andaba repleta.

Eran las veces
que había soportado
el viento partiendo
su rostro cuarteado
en un desierto
vio varias noches
en el cuerpo de mucha gente.

Un mar amplio y absorbente
que había removido
barcos como juguetes de papel
y había lanzado cuerpos
como piedras
en una honda
sin final
para estrellarse ilimitadamente.

Los incendios
en la pradera
que hicieron arder cuerpos
zarza ardiendo en la carne
todos sus sueños en forma de una familia
y un lindo hogar, qué duro pasado
tuvo que enterrarlo para no sufrir.

Las interminables soledades
que azotaban a su cuerpo debilitado
soportó una larga hambruna
que lo hizo arrastrarse
ya no tenía fuerzas
y parte de su cuerpo quedó llagado
pero aún le quedaba impulso para abrir los ojos.

Cuando luchó por su patria
las palabras se acabaron
tuvo que matar para vivir
fortalecer su ferocidad
ahora miraba el mismo cielo
que lo abrazaba como cuando despertó al nacer
pretendió ser más fuerte que ayer
pero el día de ayer no es el mismo que el hoy y el mañana
trató de vivir intensamente, tal vez estaba cerca el fin. 03/02/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario