LA PÉRDIDA DE LAS RESPUESTAS DEL SER HUMANO FRENTE A LA BARBARIE ACTUAL

Subían niños a la casita y ahí todos hacia la resbaladera a caer tras caer, pero uno jala a otro, gritan van chocando como trompos locos.

En los extremos varia maestras colocadas para cuidar, pero conversan, ocupadas en sus propios sueños y están inmersas en sus problemas.

Todas con sus prontas necesidades van laborando para convertirse en monstruos que producen dinero, el cual hay que dilapidar. El niño menor no es escuchado y el mayor se refugia en la soledad del afecto que encuentra en el licor.

Algunos solo están pensando en la compra de Ipod, Celulares, Tv. Lcd, Computadoras y Laptop. Nada importa ni el llanto del bebé, menos las ausencias en el pecho.

Otros se regodean en busca de poseer algunos “sencillos” acuchillando a alguien o tal vez balazos limpios a quienes no le entregan lo que quieren robar.

Los niños siguen corriendo de un lado a otro, chocan con adultos y jóvenes. Las profesoras siguen en lo suyo no se inmutan y van cayendo niños como lluvia, resbalando en el piso, hay dolor pero todo es confuso muchos niños corren alrededor de los heridos por los golpes.

Pasa algún tiempo para que despierten del letargo, de la reacción tardía de estos hechos.

Los días van corriendo y no se detienen ni para ser observados pacientemente ni revisar los errores ya fue ayer y al abrir los ojos ya todo es muy lejano.

Sigue el día anocheciendo y es una brutal carnicería de estar inmerso en el trabajo y ya es tan lejano el tener una familia, se han olvidado. ¿Cuántos hijos tienen? Su esposa, ¿cuándo es el último momento que la vio? ¿Cuándo fue el último almuerzo en casa?

La cantidad de soles que se ganan son para asumir impagables deudas que van haciéndose siempre más grandes al entrar en el ilimitado vacío de la rutina y la vida que hacen gastar cada día de la vida con sombras en todo el cuerpo. 03/02/10