NIDO
Tantas veces
escribí sobre la arena
con mis labios
que te besaron
cuando fuiste ola.
Tan cierto
fue el tiempo
que temblé
como bote en tormenta
luz en la oscuridad
que quiso prender
el alma
para incendiar la pradera
que poblaba soledades.
Es casual
que tengas el nombre
del amanecer
y con el sol
más la luna
se hace mi cielo
más contento.
Te tengo
como ruiseñor
diciendo “te amo”
describo y escribo
con cada día
en este mundo
los colores más diáfanos
que aplastan cordilleras
y desaparecen vacíos
para ser como vuelo
glamoroso y esplendoroso
de un ave para luego encontrar nido.
21/08/12
JULIO BENAVIDES
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