domingo, 6 de marzo de 2011

DE LO PEQUEÑO A LO GRANDE

De la misma forma
que se agobiaron
de angustias
al partir
ese día
en donde cogieron
sus pocas maletas
y partieron de su Oroya de las entrañas
para venirse
a Lima
entonaban en el viaje
sus huaynitos
que el tocaban
sus nervios
y los lastimaban.

Al llegar
veían todas las casas
y no paraban de cantar
el camino era interminable
tanta gente con rostros
tan distintos, todos raros
que eran sus preguntas
las que lo agotaban
y no sabían
que hacer
él tuvo que realizar
de tripas – corazón
comenzar de comerciante
con su esposa
de la ropa de invierno
que trajeron desde su tierra
vendiendo por la calle
en el ómnibus
en los parques
en todos los lugares.

Su pequeño Alberto
y la divertida Diana
se quedaban en el cuarto
jugando y soñando
con un mundo de colores
así tenían que vivir
con la interminable e inagotable Lima
él veía que esta ciudad no descansaba
ante de dormir besaba a su esposa
para abrazar un nuevo día 04/03/11

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