sábado, 12 de septiembre de 2009

TE ESTOY BUSCANDO Y NO TE VOY HALLANDO ¿DÓNDE DEBO DE BUSCARTE?

Era un día común, muy de noche saliendo del Averno. Era ya muy de noche. Subí al auto que me llevaría a mi casa. Luego mientras todos ibamos apretados, casi no podía respirar, ¡deben mucho oxígeno! y otros que paleteaban a diestra y siniestra. Claro los otros que respondian a su celular.

Al llegar a Tacna el cobrador tuvo que bajar al control de su tarjeta, asunto muy peculiar y hasta aquí la historia es común y corriente. Pero mala suerte del conductor había operativo y la policía hizo que se apurasen los autos y eran obligados a no parar . ¡A movilizarse! era la orden.

Su cara de preocupado porque donde podría recoger a su cobrador. Claro y mala suerte no sé que cuanta mala suerte muchas motos de la policía, algunos vehículos y no parábamos y ya el conductor llamaba a su celular. Claro en cada paradero la gente entre compadecida y solidaria pagaba el pasaje en las propias manos del conductor. ¡Que raro mundo!. Ya estábamos en Francisco Pizarro

Y yo imaginaba al cobrador corriendo cual Usain Bolt y el chofer que le decía fronterizo, estúpido y demás berenjenas. Y claro me provocaba tanta risa. Y seguiamos avanzando y ya estabamos en la UNI y nada de aparecer el fronterizo, bueno el cobrador . Y el chofer que desde el mando indicaba cual capitán del barco toma un taxi.
Y el otro que respondía, y claro si se había llevado todo.

Nosotros que comentábamos, algunos esbozando sonrisas, otros preocupados, alguna apuestita y el gran misterio era donde se produciría el gran encuentro. Ya estabamos en la Panamericana Norte.

Algunos aguatiaban la ventana. Otros esperaban espectantes cada paradero y los otros acercaban el oído para escuchar cada nueva llamada.

Tenía matices de partido emocionante. Era imperdible. Y ya Fiori y nada de aparecer, al detenerse el auto en el ingreso entre Tomás Valle y Fiori. Casi las mujeres aplauden al ver subir otra vez al cobrador medio agitado y asustado, otros los miraron con tono de burla. Ahí estaba y el chofer lo hizo sentirse en casa con una ráfaga de insultos. Encontrado el cobrador extraviado. Nuevamente en casa.

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