miércoles, 2 de septiembre de 2009

Editor: Julio César Benavides Parra
Ediciones Vicio perpetuo, vicio perfecto

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Febrero, 2008
Tiraje: 50 ejemplares



LA SAGA DEL MAR
ANCLAO EN PARIS

….

Lo extraño mucho verdaderamente
Sus ojos llenaban a veces de desierto
pero sabía callar como un hermano
cuando emocionado,
yo le hablaba de Carlitos Gardel

JUAN GELMAN
Yo me aferro a mi padre. Aunque me persiga el fantasma de que lo he perdido. Yo me aferro a mi madre, a la isla, a la vida y me pregunto pero no hallo respuesta. Ahora ya grande, resignado pero no consolado. ¿Padre porque has muerto?. El mar con su gran tenacidad, su repetitiva escena de ir y venir hace que me estremezca. Mi padre se aferraría a la vida, digo con firmeza. Y abrazo a mamá y ella mira a papá en el cielo ahí es donde descansa su alma. “Dios preserva a mi padre para verlo al partir de este mundo” me aferro a la fe y me espanto frente a la desesperanza.
-VII- Si se aparta el tiempo y el espacio
Y transcurre el viento y el tiempo hace inalcanzable
tu voz dulce, la figura de metal
si suceden los días los pasos alejados
de un día para otro y se cuenta el tiempo
se trans forma el océano en un instante
en el mar ilimitado se termina el silencio
se convierte en fuego y para acabar en
tus ojos. la palabra zigzagueante
mi suerte echada
El destino más ancho en un vaso vacío
se extiende más intenso el escalofriante espacio ausente
el pálpito de mi corazón y la oscuridad que desplaza
y es a toda hora la luz de mis ojos
el recuerdo de tu nombre el brillo de mis lágrimas
en mis oídos el recuerdo pesa
resuena cada instante en mis andadas
tu cara la imagen refleja
para aprisionar mi quejumbrosa pena
mis vacías manos por que termina el final
a mi sueño de la historia
¿Por qué se escribe el capítulo final ?
Si se hace la ola con el final de tu vida
más grande frágil, y te has
¿por qué abandonaste la costa? ido al cielo
si la ráfaga has abandonado
del aire estremeció mis pasos pequeños
tu cuerpo mis huellas se borran
tus brazos poderosos y finaliza la existencia
tu aliento azul extendido en el camino
y el viento en tu cuerpo con las caracolas, la arena, las huellas y
hacia débil mi latido el afincado sueño
pequeña mi figura de verte otra vez luchar contra las olas.
te seguiré a la distancia
late, late, late
mi corazón tímido
salta, salta, salta
mis pies pequeñitos
dibujo las figuras de mi alma.
escapan mis manos blancas



Soy de los que creen que el mar devuelve el alma de los muertos . Yo siempre soñaba con papá y me hacia más fuerte al ver a mamá llorar. La respuesta del mar que respondía y la instantánea melodía de la soledad y “el muerto no volverá” repetía el mar y acababa envuelto por un ciclón de dolor y añoranza, pero ante mamá para no derrumbarnos ambos yo era ecuánime. Aunque por dentro me desmoronaba. “Papá no volvería” me repetía y no había más vuelta que darle
La agonía del mar –VI-
Te vas yendo de mi madre
de mis manos al respirar más hondo
soplas tan fuerte, traza el manto triste
es tu rugido es la voz de mi cuerpo
en mi frente la luz de mis ojos.
la bravura Tan cerca
de tu boca pero ilimitado
pienso en tu suelo tan lejos
me abraza el sol pero indefinido
y yo parto pronto. escucho la melodía
Mi padre duerme que acaricia mi llanto
en tu cuerpo y mi voz cantarina
mi madre te envuelve
llora en tu silencio Y ya es tarde
es a toda hora para recuperar
tu voz cantora el alma de mi padre
y la inmensidad y tu reproduces tu voz
que se hace infinita, a cada instante.
vasto e ilimitado
tu cuerpo en la nube
escucha mis rezos
y es el agua
que me acoge
y muere en mis pies
la luna en el medio
y el sol caído
parte de mi vida.
Mas suave
al caminar
más dócil
escucho
tus latidos
eres el tiempo
y cojo el ayer
en un suspiro
el recuerdo se empequeñece
siempre en la letanía
calla mi voz
al viento.
Mi padre se ha ido
Mi padre ha partido
Mi padre ha muerto
y es el llanto
IMÁGENES
Bueno aquí comienza la historia: mi padre, mi madre y yo viajábamos en un trasatlántico. En medio del mar este naufraga y nosotros fuimos los únicos sobrevivientes. Fuimos a salvarnos por la real providencia y nuestro hogar desde ese día fue una isla en medio del océano. Ahí comienza nuestra vida luchando contra el mar que nos arrebata nuestras pertenencias pero que nos otorgaba su rugido y sus peces. Es así que un día mi padre se lanza al mar para iniciar la pesca, pero de pronto el océano se lo lleva para siempre.

VOZ DEL PADRE –I–
Lo haré...
Cruzaré el océano...
aunque no sepa nadar;
por más extenso que sea
llevaré el alimento que todos esperan,
recordaré la sonrisa de nuestro hijo
cada vez que pueda,
dibujaré tu faz
en mi mente;
diré que es posible
a pesar de que no exista un hálito de esperanza.

Romperé las olas en cada brazada
- Tengo prisa por llegar
no sumerjas tu voz de aliento
no diluyas ese pálpito de confianza
dame un sueño y te gritaré que es posible
abraza nuestro fruto y yo creeré que todo es factible
no humedezcas tus ojos
no te alejes de la costa.

Sueña cualquier cosa y cree que se puede
cierra los ojos,
para que veas la solución
no dejes que se te escape de las manos
aférrate al mañana
abraza a nuestro niño.

Coge lo que nos pertenece
aunque las olas me hayan lanzado
recuerda que mis manos se aferraron a lo que nos serviría
coge el alimento y no renuncies a vivir
no te aferres a lo que está muerto
no desperdicies lágrimas en lo insolucionable
no des vuelta atrás.
Ya todo acabó...
toma aliento y recoge tus pasos.sé, que mi vida vale poco
pero te tengo y te tengo…
y este Dios ya no es Dios
si te abrazo a mi pecho.

Mi madre contaba cada segundo y era el irreverente recuerdo de la muerte de mi padre que la arrebataba. Ella trataba de hablar a solas con el mar, pero era siempre el rugido de este que azotaba sus oídos y su cuerpo, cual marioneta soportaba el grito de su alma que se quedaba más vacía luego del llanto interminable.
VOZ DE LA MADRE –II–
En un punto en el mar inmenso
Si las olas por ti me aferro a lo que existe .
cortan mis palabras Sueño interminable
y estremecen mi alma. para detener en ese instante
Si cual vendaval lo que pende de un hilo
Insostenible lo que es ilusión
me desbordan lo que pinta a muerte
mis penas. ¡ entrégame la vida ¡
Si mis huellas se borran ¡ entrégame la luz ¡
solo hay mañana si tus huellas se borran;
el ayer se olvida el mar, una nube y tu voz
y no recojo mis pasos ilimitado, indescifrable y perdida
Niño-hombre cargando la pena de no tenerte. 16/09/03
isla solitaria
esfuerzo sin esperanza
muerte-premio
tu marca sobre la arena
tu vida entregada a la mía
todo se nubla.
Las olas
apartan tus brazos
cortan tu aire
se hace más lejos
la distancia para mirar
a tus ojos
se hace más inmenso: todo
desbordado por dentro
incontenible por fuera.
Cada brazada
un paso menos
cada esfuerzo
una lágrima acumulada.
Aferrarse a lo que se tiene
para no perder lo que se posee.
Si es que entregas la vida
¡Dame tus besos!
Si te aferras a la esperanza
¡Dame tus sueños!
interminable mar
para noche fúnebre
ilimitado esfuerzo
para angustia interminable
Poco queda
¡ niño amado!
por ti entrego todo
Siempre yo creí cambiar la historia con un simple intento de rescatar el pasado pero se hacía más fuerte la pena. Yo creo haber visto a mi padre en lo lejano pero al acercarme no eran sus cabellos, sus brazos, su voz o su cuerpo sólo era mi terco corazón y mis ojos que lo abrazaban en una visión que yo siempre creí alcanzar pero se esfumaba al abrir los ojos. ¿Dónde te has ido? me preguntaba y la respuesta era instantánea siempre el señor mar y su fuerza que arrebataba todo. Mis lágrimas me ahogaban.
VOZ DEL HIJO
–V–
Ofrenda al mar
Escribo en mis manos y la música de tu voz
la luz de tus ojos irrumpe en mis oidos.
calla mi vacío
y se hace más hondo. La imagen del adiós
Persigo las estrellas dibuja mi desconsuelo
color de lo interminable más lejos
la ventana del ayer más cerca
encierra mi lamento. del drama
Luz en la mirada se repite tu ausencia
corazón deshecho cada segundo en mi memoria
mi nombre está se hace interminable
en los mares inconstantes
descalzos al amanecer. Mi desconsuelo aumenta
En el horizonte lloro en silencio
se aleja y el agua agitada que consume
o tal vez se diluye tu humanidad
tus pasos distantes y el viento que te aleja
perdidos en mis años de mis manos
cruzo la puerta Dios de los muertos
y se aferra la luna entierra mi cuerpo
por escoger el viento para dormir contigo
como compañero. debajo del mar
Y se escapa del cielo o en el inacabado azul de lo inmenso
el ángel de mis sueños
e irrumpe de noche
la cárcel de mis ojos
se aproxima despacio;
callada la forma
de mi cuerpo.
Se aleja
o empequeñece
el eco gigante
corre y se dilata;
más el mar
dispersa melodioso
sus brazos en las olas;
en tu cuerpo
sopla lejano
y se acaba el viento
comienza el final de mis días
cae el sol partido
Yo estaba marcado por el mar, era siempre al despertar y ver que nada había cambiado, pero era la escena repetida en mi recuerdo. Yo creía alcanzar mis sueños al vencerlo en cada brazada e incluso a veces buceaba para buscar a papá en el mar, pero me aferraba a mi alma en que presurosa hacia que latiera mi corazón al arrebatar mi sueño pesado y despertar para ver cada mañana nada había cambiado. Una lágrima me abordaba.
VOZ DEL HIJO
–IV–
Recuerdo de las olas
Repite al partir aligero mi voz
rugido del mar: ruge, ruge ¿Por qué te has ido?
luz de la mañana en el medio de lo inmenso, inmenso, inmenso…
y la mano que se lanza y te extraño
entre la furia desperdigada con mis manos pequeñas
y la voz que escupe y te arranco
mi aliento de mis recuerdos
en mis oídos y mi boca para hacer humano
pequeña. el esfuerzo de tus manos
Entender mis latidos como ayer;
borrar mis huellas y te has ido .
que dejan mis pasos ayeres Recojo mis huellas
desvanece mis sueños para tener menos
abrazarte más fuerte, quebranto en mi cuerpo
Tus cabellos retan el viento
y tu cuerpo de hombre
que ya no me contará
la historia de mis primeros años
y mi madre todavía
te espera al venir el mar, no se mueve
parte mis oídos
que se reproducen
entre la imagen
de mis besos primeros
y los sueños
prontos
pero son tardíos.
Me arrebata el silencio,
me desafía la luna, es oscuridad
y se agiganta la pena
El inmenso vacío
de los brazos partidos
y el ave planea
a lo largo de la costa
los peces descubren
a lo lejos la bravura de su madre,
la arena interminable
se hace infinita
todo oscurece.
Late mi pecho
y toco mis cabellos;
entender
que mis ojos oscurecen
Mamá lo había imaginado tanto tiempo y su voz suave se enrojecía por el grito del viento. Ella se hacía más fuerte, pero mi padre en su cabeza la torturaba con su cuerpo varado por el mar, era su pecho deshecho, sus ojos anegados. Luchó tanto por no llorar que al fin pudo decirle al mar como si así escuchará mi padre que lo quería y lo recordaba.
–III– Carta al viento
Silencio intenso que no se nuble todo
y las olas apartan para ser diáfano el momento
tu rostro transparente danza
tu cuerpo arrastrado latido repetido
por el mar. música intensa
Tu imagen y tomar en un beso
y tu aliento tu amor ilimitado
más lejos del horizonte para no olvidarte
calla tu voz y hacerte eterno
y la pena que me aborda
los nombres que se borran
de mi mente.
Las huellas que se esfuman
de la memoria
tus pasos más lejanos
y el eco de tu voz
más suave.
El partir del mundo terreno
palpita mi corazón
dolor intenso
si se aleja tu cuerpo
y la distancia se hace más grande
¡Dios escucha mi lamento!
Amor si te has ido
al final del camino.
Recordaré al mirar
el infinito,
tu sonrisa;
la estrella cogida
de mi mano
y la luna más pequeña
expresa mi alegría
suspiro a fondo
contemplo tu recuerdo en mis ojos
las olas que expresan
tu voz en el cielo
el eco que retiene
la última palabra
y tu nombre que
es más mío
y tu abrazo más intenso
fuego en tus manos
cojo la vida
luz de tus ojos
dibujada en mi mente
adiós

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